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Mostrando entradas de 2012

El vuelo de las arañas

Despacio voy comprendiendo que volverme viejo, poco a poco, con el paso de los años, tiene sus pros y tiene sus contras. Así, en esas mañanas frescas y saturadas de humedad del otoño, amanezco con los huesos emitiendo chirriantes señales de auxilio, que mi cerebro traduce de manera indeclinable como “dolor”. Así también la agudeza visual ya no es la misma que antes. Cambio. Me toca aceptar el rito cansino del calentamiento matinal, que nunca practiqué de más joven. Ahora también comprendo que depende de mí mismo elegir y en vez de pedir un turno urgente con el oculista, simplemente me siento a ver a las arañas volar y flotar cabeza para abajo en maniobras lentas, antes inverosímiles para mí, en la quietud de los rincones de mi casa,  las contemplo un largo rato en su evolución y asombrado imagino sus próximos lances aéreos. Cuando voy avanzando en este camino, a veces tortuoso, puedo volverme seco y cínico, o empezar a creer en el vuelo de las arañas y en el de otro...

Momo y el corazón del tiempo

“No, Momo –contestó el maestro Hora--. Esos relojes no son más que una afición mía. Sólo son reproducciones muy imperfectas de algo que todo hombre lleva en su pecho. Porque al igual que tenéis ojos para ver la luz, oídos para oír los sonidos, tenéis un corazón para percibir, con él, el tiempo.  Y todo el tiempo que no se percibe con el corazón está tan perdido como los colores del arco iris para un ciego o el canto de un pájaro para un sordo. Pero, por desgracia, hay corazones ciegos y sordos que no perciben nada, a pesar de latir.” Extraído de “Momo” (o la extraña historia de los ladrones del tiempo y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres), 1973,  novela de Michael Ende.

Luciernhada

La otra noche volvía a mi casa en bicicleta. La oscuridad era ostensible: podía verse la nada con sólo abrir los ojos. Cada vez que pestañeaba se iluminaba un poco mi camino. Mientras temía ser arrollado por algún camión o auto poco atento a los ojos de gato de la bici, vino una luciérnaga y se posó en mi pierna, con sus colores verdes fosforescentes resaltando en la superficie parda de mis ropas. Su llegada alumbró mi imaginación, mis temores y, por un momento, me sentí más seguro de pedalear en la noche. Me acompañó un buen rato. Cuando llegué a mi casa, ella había partido, quizás a proteger a otro ciclista atrevido. No me arriesgo a calificar a ese bichito de luz más que como una luciérnaga, aunque bien podría decir que fue una pequeña hada compañera. Osvaldo C. Trossero

Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera

Para quienes quieran mirar una película con la paciencia que necesita la vida y sus estaciones, agrego este enlace a  "PRIMAVERA, VERANO, OTOÑO, INVIERNO... Y PRIMAVERA". Vale absolutamente la pena darse el tiempo de mirar. Mucha poesía para contar la maravilla de la vida. Muy universal a la vez que particularmente oriental. http://www.youtube.com/watch?v=X4n4Cmrv9IU&feature=fvwrel
Vi un charco roto por las gotas y no estaba roto de verdad. Oí las gotas de lluvia golpear su superficie y el agua sólo cantaba, nunca se enojó. Olí la tierra mojada, nariz al piso, las ramas entre-secas, las hojas desvaídas y las verdes también, la lluvia se impregnaba en ese cuerpo y me marcaba la piel y la memoria, sin rechazos, sin dolor. Tanta belleza regalada duró unos segundos, su ciclo conserva sólo armonía, nunca tiempo. Es imposible guardarla más que en el recuerdo. Evolución, no progreso. Ciclo, renovación, paciencia, ni avance, ni apuros. El grano madurará sólo cuando pueda germinar y dar vida. No podemos empujar al río, encerrarlo, está visto, mata. Ni un paso más, ni uno menos, la naturaleza no vive de empujones. En algún rincón nos creímos el cuento de ser imágenes de dios y más aún,  un dios creemos ser y queremos pintar a imagen y semejanza nuestro rostro en la pacífica faz de la tierra. Lo vamos logrando, no tan poco a poco, cada ...

¿Qué miro cuando miro el río?

¿Qué miro cuando miro el río? Podría ser pretensioso y decir que veo ahí un espejo suficientemente grande como para ver reflejado el universo. Sería una exageración ensayar en el río un espejo para mí mismo. Somos hijos de la misma célula, pero tanta inmensidad y misterio son para una humanidad entera, como unidad de medida, nunca para un humano individual, para un yo suelto a la deriva. Un río, el río, ¿cuántos ríos dirán el mismo rezo? Entre todos bautizamos los ríos. Milenariamente lo hicimos, y día a día. Conservamos ahí los nombres más viejos de nuestra tierra, de nuestra naturaleza. No hay ríos que se precien de tales con nombres de generales, de próceres o de políticos, no al menos en nuestra tierra. Los próceres bautizan lagos, represas y puentes, no cursos vivos y fluyentes, ¿será su destino estar estancados? Ellos se nombran a sí mismos en hormigón y en fierro, así serán siempre decadentes y duros, no pueden honrar la calidad vital del líquido elemento, ellos p...

¿De qué estamos hechos?

¿De qué estamos hechos? ¿Somos recursos naturales? ¿Somos naturales, o solo recursos? Natural, naturalidad, naturalmente. Somos recursos naturales, no lo sabemos. Acá estamos, somos parte y, atrevidos, pedimos la parte que, decimos, nos toca. La miramos de arriba, con ansias de dominarla, de volverla nuestra. Cuando nos pasa factura y nos hace pagar el precio, la vemos de soslayo; sospechamos de ella, sólo porque se decidió a devolvernos algunas atenciones, de las que antes le aplicamos, sin miramientos. La miramos, a veces, con naturalidad. Como si ella estuviera ahí por nosotros y no al revés. Nos servimos de ella y eso no estaría mal, si aceptáramos, naturalmente, que a veces nosotros debemos servirla y servirle. Nos creemos exentos, no inscriptos tal vez y somos no mucho más que “monos-tributistas”. Desde Adán en adelante venimos confrontando su dominación, y desde entonces perdemos cada batalla, no importa cuánto daño logremos infringirle, invariablement...

El sol parece lluvia (Rally Barrionuevo)

Un poquito de paz y color

¡Oh sorpresa!

Me sorprendí envidiando. Intenté un remedio, un antídoto. Comencé a pensar en cuánto yo mismo sería envidiado. Ese no fue un contraveneno eficiente, sólo logré sumar dosis del mismo veneno modificado. Yo buscaba que mis actos causaran envidia: ¡qué envidiable! Me dejé atravesar por los venenos, hasta me puse verde, intenso, loro, de envidia. Grazné mi envidia a la siesta, como las cotorras verdes de mi vecino y cómo ellas cesé en mis graznidos internos sólo cuando, como si la misma manta de los loros cubriese mi jaula, se me apagó la luz del pensamiento. ¿Habrá sido la sobredosis de envidia? No lo sé. Su efecto fue como la ruptura de esos enormes témpanos de los mares del sur; tanta concentración estalló al medio y dejó lugar a un océano prístino y en calma, pacífico. Pude ver mi envidia oscilando en dos mitades: una proyectada por mis actos, que su cosecha obtenía de otros, y la otra, la que segaba con mis propios sentidos al ver los actos envidiables de los demás. Me vi ser ese...

Mi asunto con las letras

Mi asunto con las letras no es claro. Mi letra no es clara. Yo no soy claro. Claro. Osvaldo C. Trossero 8 de octubre de 2012 (un día poco claro)

Un viaje

Hay un viaje que quedó muy grabado en mi vida. Hace algunos años yo vivía en Paso de los Libres, por cuestiones de trabajo. La vida me había ofrecido ese lugar y lo tomé. Venía de una ruptura familiar, un divorcio, y entonces me concentraba en trabajar, casi sólo en eso, era lo que podía manejar por entonces y era cómo podía hacerlo. Viajaba fin de semana de por medio para pasar tiempo con mi hija, que por esa época estaba en segundo grado. Todo discurría bien, iba reabsorbiendo mis partes, reordenando mi sistema de vida, viajaba de un lugar a otro, todo el tiempo, tanto que todos los días salía del país inclusive: travesaba un puente, uno internacional, antiguo y de concreto, nada metafísico. Al poco tiempo de haber establecido esa cabecera de playa en mi desembarco correntino, cuando estaba alistando mis fuerzas internas, una mañana, como la de hoy, de un fresco luminoso y limpio, sonó mi teléfono y Laura me avisa que Oriana, mi hija, se ha...

Impresionante interpretación de Pedro Aznar, con Suna Rocha - La Pomeña

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Tocando em Frente- Almir Sater

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Johnny Cash - One (U2 Cover - With Lyrics) Excelente versión

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El tiempo está después, Liliana Herrero.wmv

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y de repente atardece

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Y de repente

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Sentido contra sentido

A veces cuando enfrento la página en blanco,  como ahora, cuando me encuentro con esas ganas de escribir algo, algo indefinido aun, algo que pulsa y que no tiene nombre ni forma, dos suaves torbellinos comienzan a girar entre mi pecho y mi abdomen, en el sentido contrario a las agujas del reloj.  ¿Cómo podré sentir ganas de escribir algo que aun no sé qué forma y qué dirección aparenta? ¿Hay una contradicción en esto? Esos torbellinos son emociones que aparecen y hacen mover levemente mis entrañas. Registro sus vórtices, uno a la altura del hígado o más al sur quizás, que barre entre ese punto y mi estómago, pasando por el Tan Tien y le da hermosamente forma a mi sonrisa interior; el otro entre mi pezón izquierdo y la axila. Ellos se menean, en esos ejidos.  Entre ambos gira y gira una sensación interna que rebusca en los rincones otras notas que quieran emerger, un ventarrón que levanta retazos, pasto cortado, hojas viejas de diarios apenas leídos, fotos en blanco...

Y de repente la noche

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Miedo de la liberación, de Clarice Lispector

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Si me detengo demasiado mirando Paysage aux oiseaux jaunes (Paisaje de pájaros amarillos), de Klee, nunca más podré echarme atrás. Valor y cobardía son un juego que se juega a cada instante. Asusta la visión tal vez irremediable y que tal vez sea la de la libertad. El hábito que tenemos de mirar a través de las rejas de la prisión, la comodidad que trae aferrarse con las dos manos a las barras frías de hierro. La cobardía nos mata. Pues existen aquéllos para quienes la prisión es seguridad, las barras un apoyo para las manos. Entonces reconozco que conozco pocos hombres libres. Miro de nuevo el paysage y de nuevo reconozco que cobardía y libertad estuvieron en juego. La burguesía total se derrumba si se mira Paysage aux oiseaux jaunes. Mi valor, enteramente posible, me amedrenta. Comienzo incluso a creer que entre los locos hay quienes no lo están. Y que la posibilidad, la que verdaderamente es, no es para ser explicada a un burgués cuadrado. Y a medida que la persona quiera explicar...

Sensación fugitiva de realidad

Un día todo esto se acabará. Esto que hoy es lindo y apacible, Esto que hoy es horrible, Esto que hoy es suave y solitario, Esto que es barroco y sudoroso, Esto que hoy es visible y concreto, Un día todo esto se acabará. Así es cómo esto va a cambiar. De repente se va a esfumar en un soplido, Lentamente, con luces tenues se apagará, Sin la menor conciencia huirá de improviso, Con la luz en lo alto fundida al todo, Entrando sin ver y saliendo hecho un mundo, Así es cómo esto va a cambiar. Acá estoy para aprender este juego. Vine para conocer las reglas y seguirlas, Vine sin saber a qué y a seguir ignorante, Vine para encontrar un modo y soltarlo, Vine por vos y me voy a ir por todo y por todos, Vine para encontrar un camino, mi camino, Acá estoy para aprender este juego. A veces el miedo me atormenta. A veces la ambición me trastorna. A veces la esperanza me hace insomne. A veces la luz me atraviesa y duele. A veces soy sólido ...

Día fuera del tiempo

Hoy es el día fuera del tiempo. Hoy puedo danzar en el aire que llena mis pulmones, mis células y parajes que apenas imagino. Hoy puedo cantar y conmover cada átomo que me conforma, y como un átomo más en el mar puedo esparcir una mínima vibración que purifique un micrón del universo. Hoy puedo pintar, sólo con gestos, la belleza más grande y la penuria más horrible, puedo mezclarlas y comprender que con sus matices: así está bien. Hoy puedo interpretar miles de personajes y reconocerme en todos, y en ninguno, sin miedo a la insania y sin la vergüenza de ser un “yo” sonrojado y tímido. Hoy se me permite esculpirme con materiales del cosmos, hacerme por ejemplo un rostro de soles, brazos de ríos que lleguen lejos, abracen, limpien y ayuden a crecer, una espalda con hombros de dunas de arena infinita, un torso de campos fértiles con sus montes y sus praderas, un sexo volcánico por momentos, capaz de engendrar vida y unas piernas poderosas y de fluir hechas de mare...

Eric Clapton - Layla (jazz version)

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No toda evolución es crecimiento

La vida cambia muy rápido, aunque no parezca: A los veinte es mucho de sexo, droga y rock and roll; a eso de los trei nta es más bien paz, amor y rock and roll; a los cuarenta es más probable que llegue a ser  paz, amor y colesterol. Bueno, por ahora eso, quizás en unos años les cuente como sigue. Pelu

Receta para el pan de cada día

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Tomo un trozo de mí, abundante en lo posible, lo pongo en la licuadora y acciono la perillita. Se revuelve, resiste lo más que puede, se agarra célula a célula __dicen que tienen memoria__, pero la física es irreductible y al final las cuchillas hacen su trabajo. Agrego harina íntegra (sí, íntegra), dos pizcas de sal, un poquito de cilantro y no perejil porque seguro sería una redundancia, como pan con pan. Hecho esto, agarro mi mezcla y la amaso un rato, con cuidado y calentándola bien con las manos, la envuelvo en un trapito de algodón viejo; que era una funda de almohada de cuando era un niño, diría casi con certeza que es "esa" funda de "esa" almohadita que me hacía dormir en mi infancia. Dejo descansar la mezcla un buen rato y la llevo al horno a temperatura moderada, de esa que si metés la mano la sacás en 2 segundos hecha un sólo remolino. Ahí la cocino por 40 minutos y sale una especie de pan calentito y aromático que cuidadosamente inserto en mi pecho...

Así soy hoy aquí

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Qué decir de las noches y la lluvia, ya todo fue dicho. Qué contar de los amores y su materia, todo ha sido intentado. Qué mostrar de las entrañas, si hasta la mugre de debajo de las uñas ha salido al aire. Qué manifestar de las ideas y los pensamientos, si unas se marchitan, te marchitan,  y los otros son casi una plaga. Hoy voy a capitular de esos intentos y me voy a conformar, sin renuncias ni resignación, con ser aquí y ahora este calorcito intenso que me puebla. Si es con vos a mi lado: espléndido, si no es con vos a mi lado: maravilloso aunque un poco más concentrado. Sí algo es seguro es que el viento soplará algún día estas siluetas de arena con las que nos damos forma. Pelu

Con mi mochila repleta

Cargar la mochila con ideas Llevarla a la espalda por un rato Sentir el peso de los recuerdos, mezclados con las imágenes Con la imaginación Con las atribuciones de un arbitrario animismo Para cosas que están quietas. Cargar esa mochila por un rato Y luego descargarla en poesía Es como un orgasmo lento  Luego d e un largo rato de lucha,   de fragor Un soltar el control y desparramar la vida Para que corra como los chiquilines por la arena. Llevar esos bártulos por demasiado tiempo Encorva el cuerpo Y lo acobarda. Osvaldo C. Trossero (Pelu) 19 de junio de 2012 

El ejercicio del Yo

Cada vez que yo practico la primera persona en mí, en mí mismo, por mí cuenta, para mí, en mis cabales; cuando transfiero las acusaciones, los juicios y las sentencias a esos otros (a veces tan inasibles) a mí propia cuenta; cada vez que traduzco al yo mío de mí mismo todos las diatribas y las broncas; cuando, en vez de proyectar a la pantalla del otro, reflejo en mi propio fondo blanco mi película mental, o  escribo y hasta tal vez simplemente digo,  el discurso al otro pero dicho para mí en primera persona del singular, acabo, invariablemente,  por volverme mucho más benévolo con los demás. Como se ve el mío no resulta un gran acto de altruismo o la pirueta mágica de un sabio santo, no. Resulta que con sólo ponerme el poncho que obligo _en palabras_ a vestir a esos otros, termino por darme cuenta dónde me aprieta la pieza y registro el calor agobiante que puede producir ese género tan energético y abrigado llamado juicio-moral. Es decir, que cada vez que pra...

Camino

Me tragué toneladas de basura, manuales de disciplina, ideas viejas, relicarios y hasta mapas. Digerirlas me llevó 40 años y aun hoy aparecen en los restos que la taza sanitaria al fin lleva a parar a las cloacas. Empecé por mirar en otros ojos, unos ojos que parecían extraños, que decían con descaro: “si te perdés afuera igual seguís siendo un ermitaño.” Nada entendí y puse a los demás palabras mías, colgadas como la ropa mojada, hasta que vi que cada camisa era mía y ya seca bien se me acomodaba. Comencé a rechazar tanto lo otro, ya no soportaba esas caras, que con una Gillette gastada y oxidada me miraba al espejo y me cortaba, con la ilusión de cortar en esa cara otra cara por mi cara rechazada. Casi ayer, ya muy cansado, comencé la maestría en escaparme. Me colgaba en ala delta y me volaba ante la más mínima y sorda brisa que sirviera para alejarme. Hasta que de una buena vez en esos vuel...

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    En un negocio de moda, en el centro, venden maniquíes usados. Son unos maniquíes con caras de adolescentes, niñas, muy extrañas. Hoy vi la oferta.     A las adolescentes les gustan. Lo que no saben es que rascando un poco la superficie plástica de esas muñecas gigantes aún pueden verse tendones y sangre latiendo levemente. Alguna vez vivieron como niñas y jóvenes; luego se fueron volviendo de plástico y quedaron ahí, como olvidadas en el local, casi como las estatuas de un templo.     Sus padres no percibieron la ausencia.     Los dueños del local quieren desprenderse de las evidencias y, de paso, hacerse de unos pesos extra, porque, de todas maneras, esas clientas ya no traen mayores beneficios y se les han amontonado ya muchas en el desván.     ¡Ah! ¿No lo creen? Pasen por el local de esa marca, rasquen el plástico y lo verán. Osvaldo C. Trossero 05 de Mayo de 2012

Cierto Día

Hice memoria con la profunda convicción de que llegaría a saber cuándo fue que comencé a enderezar mi camino. Así fue que recordé cierto día en el que estaba yo sentado mirando la nada, abstraído y flotando en una especie de eternidad provisoria, cuando ¡zaz! ahí estaba esa sensación oceánica de la que había oído hablar en el pasado. Claro que cuando digo ahora “cierto día”, no lo digo vestido de la certeza de cuál fue exactamente ese día en particular en el almanaque de turno, si no que me arropa suavemente el saber que ese día en particular fue cierto día, un día cierto, uno, al fin, verdadero. Osvaldo C. Trossero (Pelu)

Matices del Otoño

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Salí y el mundo no estaba para mí

Salí a la calle para encontrarme el día a día y el mundo no estaba para mí. Salí para encontrar lo cotidiano, para encontrar un mí mismo, y un gran hueco estaba ahí. La humedad quiso llenar el vacío pero no pudo, y el hueco húmedo igual estaba ahí. No era un hueco húmedo simpático y dulzón. Era húmedo, pero si hubiera podido imponerse al clima habría sido un hueco seco y ventoso. No un túnel, si no un vacío. Un vacío invasor de todo lo lleno, que lo traspasa, que lo envuelve todo; le faltaban 5 pal’ peso, porque si no hubiese disuelto el todo, pero no, era el sino del vacío, ese era su sino. Anduve la calle. Hasta que me encontré con otros. Esos otros también eran atravesados por el vacío. Algunos lo sabían o parecían sospecharlo, otros de esos otros ignoraban con ojos abiertos y a voz en cuello que el vacío los tenía rodeados y los inundaba también. No declararé acá quiénes sumaban más numerarios en sus filas. De los pe...

Adivinanza

Soy la noche hecha estrella, el polen de una flor. Soy el viento que te peina, la tierra que te sostiene. Soy el agua que has de beber y el río que vas mirando, el hermoso amanecer y el tiempo que va pasando. Soy espacio y longitud, soy silencio, soy cansancio. Soy la salud en tus venas y el veneno en tus manos. Con cada luz te desvelo y en cada ruido te espanto. Soy miasma, sonrisa, llanto. Soy el calor del verano. Soy sin ser en tu mente. Soy la luz que aspiras. Soy lo buscado y a veces soy el nombre que obstinadamente das a todo lo innombrado. Soy tu sal. Soy tu arroyo. Soy el rayo que mal te parte en tu grito de socorro. Soy sin ser, en tu cuerpo de ilusión. Soy sin ser el alma que dices que te anima. Soy la salsa, soy la rima. Soy de la sombra la sombra. Estoy pero no aparezco y si me buscas, ni en broma, has de ver en un rincón rastros de mi “persona”. Osvaldo C. Trossero (Pelu) 2008
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Terapia Gestalt - una explicación sencillita para una vía inexplicable, salvo por la vivencia propia.

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Un paraje en el arroyo Las Conchas

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La "Pensión 14" y la prostitución nacional

Conseguí nuevamente que me publicasen una carta de lectores en la página web del Semanario Análisis. No sé si es un gran mérito, para mi lo es. Trata sobre la prostitución en diversas formas, la trata y el trato de personas, el marketing político, entre otras cositas. Les dejo el link, si lo quieren ver en la página citada o el texto completo. http://www.analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=162175 La “Pensión 14” y la prostitución nacional Me enteré por los medios que días atrás la municipalidad local, en sintonía con la onda (metáfora totalmente radial) mediático-política existente a nivel nacional, se tomó el trabajo de clausurar la archiconocida “Pensión 14”. Lo hizo en el marco de una ordenanza municipal que prohíbe la habilitación en la ciudad de Paraná, de espacios-locales-comercios, donde se ejerza la más que conocida ocupación de la venta de ilusiones, fantasías, placer o, al menos, desfogue sexual. Luego, un Juez de faltas, competente para deci...

Planes para hoy

Hoy voy a declarar lo inconfesable, Voy a decir cuánto viví sin sentir siquiera el aire. Voy a sentar aquí las bases del vacío Aunque me cueste, a mí, renunciar a lo agradable. Voy a declarar mi independencia De los amores Y del sexo Y de los cuentos Y de los cuentos del sexo y los amores. Voy a declararme involucrado Con la avaricia, Con el ego Y el desgano. Voy a confesar que he sido ciego, Que he sido corto He sido sordo He sido enano. Voy a declararme en cautiverio De mi mismo De los otros De los perdidos, de los ciertos, Y de los mansos; De los ilusos, de los tontos Y de los malos. Voy a promulgar mi propia ruina, Mi desconcierto Mi ignorancia Y mis amagos. Voy a suscribir mis amarguras, Mis moretones, Mis insomnios, Mis cercanos altibajos. Voy a sincerar mis ataduras, Mis defectos, Mis colgajos, Mis reclamos. Hoy voy a dejar de ser correcto, De ser político, De ser tan necio, Y de ser ...

Diamante - Jorge Fandermole

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Fragmento del poema "Canto a mí mismo"

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Stop this day and night with me and you shall possess the origin of all poems You shall possess the good of the earth and sun (there are millions of suns left,) You shall no longer take thing at second or third hand, nor look through the eyes of the dead, nor feed on the specters in books You shall not look through my eyes either, nor take thing from me You shall listen to all side and filter them from your self Quédate conmigo esta noche y este día y tuyo será el origen de todos los poemas, Tuyo será lo bueno de la tierra y el sol (aún quedan millones de soles), Ya no aceptarás cosas de segunda o de tercera mano, ni mirarás a través de los ojos de los muertos, ni te alimentarás de los espectros de los libros Ni tampoco verás a través de mis ojos, ni tomarás nada de mí, Escucharás todas la voces y dejarás que se filtren en tu ser. Fragmento del poema Canto a mí mismo Hojas de hierba de Walt Whitman

LA BICICLETA CON ALAS

La bicicleta un día va a volar . La bicicleta de todos. Ya lo verán. Le están saliendo las alas. Son de verdad. El niño quiere que vuele, y volará. El niño irá por el aire a comprar el pan; dará una vuelta al campanario de paloma y de cal. El niño y la paloma sobre la ciudad. El niño acompañando al ganso blanco Eso se verá. Le están saliendo las alas. Ven a mirar. Mira como el lirio de los campos. No pienses mal. Las alas tienen miedo de algo. Salen y vuelven a entrar. Miedo de nosotros, quizás. Tan pronto los hombres ganen la paz, la bicicleta de todos volará. La que duerme en la puerta de los cines volará. La del cartero volara. La de la reina Guillermina, volará. La mía y la tuya - - volará. Por arriba del humo y los cables me verás . La bicicleta tendrá un solo nombre: Libertad. El ángel de las aguas ya no se irá. Calle ancha del cielo para mirar. Flores que nunca vimos aquí allá. Habrá tiempo para mirar. Cuanto tiempo perdido, ay! Tan pronto ...

Trixie Whitley -Fourth Corner- Backstage De Roma

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Magos Eternos

A través de los siglos y años luz escribí mi carta a los magos reyes. Muchas veces taché con la mano lo que escribí con los codos; los codos no mienten, las manos a veces, aunque tampoco pueden. Escribí deseos y miedos, pedí regalos y regalos de no-ser. Todos se hicieron realidad. Los deseos y regalos me dieron calor. Los miedos y los no-ser frío me dieron. Integrados me dieron el sol del Universo y el frío del espacio vacío; la luz de la estrella y la escarcha en el cielo, vi las copas y la cara al mismo tiempo. Tibieza me dieron, distancia …cerca, con lejos No rogué aunque me incliné, no ordené pero me erguí. Recibí los dones y los reveses y hoy bendigo a los unos y a los otros, porque somos yo y para eso vinimos a ser Uno Osvaldo C. Trossero (Pelu) 05/01/2012 (tierra cósmica roja)