Cierto Día


Hice memoria con la profunda convicción de que llegaría a saber cuándo fue que comencé a enderezar mi camino. Así fue que recordé cierto día en el que estaba yo sentado mirando la nada, abstraído y flotando en una especie de eternidad provisoria, cuando ¡zaz! ahí estaba esa sensación oceánica de la que había oído hablar en el pasado. Claro que cuando digo ahora “cierto día”, no lo digo vestido de la certeza de cuál fue exactamente ese día en particular en el almanaque de turno, si no que me arropa suavemente el saber que ese día en particular fue cierto día, un día cierto, uno, al fin, verdadero.

Osvaldo C. Trossero (Pelu)

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