Tango del asunto íntimo

Delante de la noche hizo un juramento,
la miró a los ojos y le dijo adiós.
“He sido habitante
por tan largo tiempo
y ahora renuncio,
me alejo,
me voy.”

Dejó colgadas las alas
y el velo,
el rosario, el oro, el tiempo,
el dolor.
Dejó, en el borde,
fantasmas y miedos,
dejó la arrogancia,
dejó el matador.

Cuántas noches
con el matador de sueños
como único amigo
juzgó y criticó.
Cuántas mañanas,
rendido al espanto,
con su único resuello
al oído,
sólo y solo,
sobrevivió

Tantas veces interpretó papeles,
jugó a ser el Sheriff
y se lo creyó.
Cuánta sangre
bombeó para nada,
acurrucó espantos
y huyó del amor.

“Qué ganan (ganen) los malos…
…qué ganan (ganen) los buenos”
Él entró en el juego
y se lo tragó.
Pensó por momentos
__del lado del bueno__
que el mundo era turbio
y se ensombreció.

Actuó, por etapas,
con brazos caídos
el rol del guerrero
de la confusión.
Limó sus amores,
guardó sus “te quiero”
se redujo al mínimo
y común
…denominador.

Basta de mentiras,
basta de dobleces,
basta de dos bandos,
grandes pequeñeces.
Basta de engaños
y de boludeces,
basta de tantas,
enormes estrecheces.
Basta de cojudos,
de atorrantes y de jueces;
basta de alejarse
de todo lo que crece.
Basta de negar
los propios intereses (reveses)

Es hora de abrir,
de limpiar la casa,
de correr un niño,
de reír,
de cortar mordazas.
Es tiempo de amar
__primero a sí mismo__
no es cuestión de fe,
es asunto íntimo.

Osvaldo C. Trossero
02/05/2010