En blanco y negro


Blanco era el pensamiento, blanca la luz que llegaba de lejos; blanquecina la sensación adentro, blanquear las tripas... ¿será adecuado en este mundo negro? Blanqueame vos tu historia...cuesta ponerla en blanco sobre negro, ¿no?

Medio negro: mezcla de blanco y de azabache negro, es gris oficinista, gris de plomo, ni un tristísimo siena o malva, es gris cemento, gris cementerio, moteado de flores marchitas y ramos marchitos por falso sentimiento, pagados con dinero negro.

Mejor intentar un blanco nube,

blanco nieve,

blanco de Platón,

blanco es el tiempo;

o sino al menos un negro noche,

un auto negro,

negro como el fondo del mar,

mar azul,

azul marino,

así es el uniforme de algún marino,

quién sabe si blanco o si negro.

... _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ...

¡¡Ups!! ¡Me quedé en blanco!

Negro de agujero negro, negro de mierda, como el blanco nazi, blanco al pedo, de raza blanca...ja ja, blanca.

Blanco para pintar el mundo en el muro del vecino, con un grafiti, que es, como dicen algunos: "cosa de negros", quienes en general suelen ser el blanco de todas las críticas, como el tiro al blanco, como el blanco principal, como el vino blanco, que no es blanco, pero es vino, y eso es lo que importa. Como el pan blanco, como el pan y el vino, como el pan negro, que es más sano, pero que a veces están lejos, como la blanca luna que del otro lado es negra, porosa, nos observa revolvernos en la parte no azul de nuestro mundo azul.

Según la misma luna observadora, todos somos parecidos en el blanco de los ojos y de las uñas, sin embargo insistimos en ponernos negros de rabia con tales similitudes, que no podemos blanquear, porque, claro, seríamos blanco seguro para las más obscuras, negras digamos, intenciones y críticas.

¿Y si vendemos en negro?

¡qué mal ejemplo!

Casi como una Misa negra.

“Hola negrito. Hola negrita…” El único elogio donde participa un negro es: "trabaja como un negro", pero, claro, es trabajar mucho, pero por muy poco, así que es un elogio al espíritu espartano, del que sufre y yuga pero que termina siendo...un negro boludo que trabaja por nada, no como el ladrón de guante blanco, que trabaja nada y gana todo...sin hacer nada. Bueno, no hablemos de política, que para irritar ya está este blanco y negro como el tablero de ajedrez, donde todas las piezas cuando termina la partida, sin importar su color, su creencia, su función, su belleza, su forma, su raza, credo, fe, vuelven, irremediablemente, juntas y amontonadas a un único y mismo cajón...Como en la vida, como en la tierra, donde la semilla crece en el suelo que, curiosamente, no es ni blanco ni negro, sino marrón.

Osvaldo C. Trossero

Mayo de 2010

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