Sobre la prohibición de las carreras de perros galgos

Amo los animales, de todas las especies y razas, disfruto su compañía, su presencia, con sólo observarlos, mirar sus rastros y escuchar sus cantos soy feliz. Considero en particular a perros y caballos mis hermanos, no menores ni mayores que yo mismo en ningún aspecto, salvo en la posibilidad de racionalizar mi existencia. Disfruto, sufro y comparto con ellos y valoro nuestra interacción como un vínculo con cualquier otro ser presente en mi consciencia, sin diferenciar la vivencia de la que comparto con otros humanos. Claro que mis perros viajan en la caja de la camioneta, usan collar para que ahí pueda asegurarlos, andan en 4 patas, se bañan en la laguna conmigo, comen del plato en el suelo, y beben agua de su bebedero, retozamos juntos, nos revolcamos, jugamos. Ellos no van a trabajar aunque a veces me acompañan a la oficina. Me avisan si sienten a alguien extraño cerca, se tiran pedos sin culpa ni remordimiento, me muerden las manos y yo las de ellos y sus orejas también, y a veces...