Mejor preguntar a los poetas
Demandó demasiados adjetivos para decir de una vez lo que vivía. Respondió al perseguidor por cada noche que lo llevó y lo trajo, que lo acechó y torturó, siempre distante, que no sería esa hora la marcada, la del fin de la escena de su vida, que no quedan pocos fondos en la cuenta de la nada, que construye sus lugares, sus esquinas. De qué temblar si las sombras no son nada y los influjos de los dioses ya vencidos no ocasionan más espasmos a la mente que apretar entre los dedos un mosquito. No seré yo, dije veloz, el testigo de cargo a declarar para inculparlo al destino por haber intentado darle muerte a cada párrafo, oración y vestigio que se imprimen en papeles clandestinos. ¡Si no hubo luz para alumbrarlos, al menos debió haber buena lumbre para quemarlos vivos! Sustantivos de sustancias disolventes; adjetivos que no califican ni mienten; verbos que no actúan ni generan, junto a conjunciones inconexas y metáforas que no saben describir, simplemente como decir: “alguna vez anduve ...