“De tus pezones, cuelga un sol”



Cada mutación,
cada retrato,
me demuestran que no se vive en vano,
aunque se viva en vano.

Cada arruga y cada pliegue
me dicen de tus risas y tus llantos.
Cada atardecer me trae los adioses del sol
y los gorriones del viento.
Cada mañana y su luz
la energía in crescendo.

El sexo de tu sexo es hueco,
y sin embargo llena tanto mis vacíos.
¿Qué secreto poder esconde
tu clítoris y tu ombligo?

En cada pelo que donas a mi cama
hay una gota de sudor
que te delata;
a cada estertor de tus pezones
mi sexo a empujones le responde
y deja alguna huella en tu mirada,
que, a veces, es un poco desconfiada,
y se amiga con la vida nuevamente,
cuando la tarea
mutua
está acabada.


Osvaldo C. Trossero
07-11-05 (06:11 hs.)

(Para una tal G.B. prohibida y lejana en la distancia y en el tiempo)







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