¿De qué estamos hechos? ¿Somos recursos naturales? ¿Somos naturales, o solo recursos? Natural, naturalidad, naturalmente. Somos recursos naturales, no lo sabemos. Acá estamos, somos parte y, atrevidos, pedimos la parte que, decimos, nos toca. La miramos de arriba, con ansias de dominarla, de volverla nuestra. Cuando nos pasa factura y nos hace pagar el precio, la vemos de soslayo; sospechamos de ella, sólo porque se decidió a devolvernos algunas atenciones, de las que antes le aplicamos, sin miramientos. La miramos, a veces, con naturalidad. Como si ella estuviera ahí por nosotros y no al revés. Nos servimos de ella y eso no estaría mal, si aceptáramos, naturalmente, que a veces nosotros debemos servirla y servirle. Nos creemos exentos, no inscriptos tal vez y somos no mucho más que “monos-tributistas”. Desde Adán en adelante venimos confrontando su dominación, y desde entonces perdemos cada batalla, no importa cuánto daño logremos infringirle, invariablement...