Día fuera del tiempo
Hoy es el día fuera del tiempo. Hoy puedo danzar en el aire que llena mis pulmones, mis células y parajes que apenas imagino. Hoy puedo cantar y conmover cada átomo que me conforma, y como un átomo más en el mar puedo esparcir una mínima vibración que purifique un micrón del universo. Hoy puedo pintar, sólo con gestos, la belleza más grande y la penuria más horrible, puedo mezclarlas y comprender que con sus matices: así está bien. Hoy puedo interpretar miles de personajes y reconocerme en todos, y en ninguno, sin miedo a la insania y sin la vergüenza de ser un “yo” sonrojado y tímido. Hoy se me permite esculpirme con materiales del cosmos, hacerme por ejemplo un rostro de soles, brazos de ríos que lleguen lejos, abracen, limpien y ayuden a crecer, una espalda con hombros de dunas de arena infinita, un torso de campos fértiles con sus montes y sus praderas, un sexo volcánico por momentos, capaz de engendrar vida y unas piernas poderosas y de fluir hechas de mare...