Por – venir
Quemame con la brasa de tu cigarro y agujereame el alma;
cociname a fuego lento,
derretime en tu manteca.
Dame de la sal del mundo,
espolvoreame con estrellas frágiles
y fugaces,
y te prometo mi sabor más esencial
en tu boca
y en cada rincón que te atrevas a mostrarme para ser desbastado .
No reservo para futuras ocasiones más que chispas y algunas miradas,
no guardo retazos,
no compro afeites embellecedores en shoppings y tax free.
Entrego a cada cual lo suyo,
en un acto de justicia inmoral,
una justicia distributiva,
ética de la sinceridad,
que siempre encierra la propia ignorancia del no saber lo que no se sabe,
con los límites corridos, mojón a mojón, por la sorpresa.
Enredate en mis piernas,
desangrate, fluí, desparece como arena
y pasá a la dimensión de al lado,
por el portón que usa mi perno como gozne,
para abrir tu nueva realidad.
Recorré ese mundo de orgasmos,
de ayes, de ronroneos de gata celosa,
y volvé sólida, repleta, absorta de no poder contener más de lo contenido,
y devolveme,
en una sola mirada absoluta, plena,
todo el semen
__mensajero de los dioses__
que te doy en cada arremetida.
Quiero resucitar la carne,
antes del juicio final,
en tu vientre.
Osvaldo C. Trossero
Junio 28 de 2010
cociname a fuego lento,
derretime en tu manteca.
Dame de la sal del mundo,
espolvoreame con estrellas frágiles
y fugaces,
y te prometo mi sabor más esencial
en tu boca
y en cada rincón que te atrevas a mostrarme para ser desbastado .
No reservo para futuras ocasiones más que chispas y algunas miradas,
no guardo retazos,
no compro afeites embellecedores en shoppings y tax free.
Entrego a cada cual lo suyo,
en un acto de justicia inmoral,
una justicia distributiva,
ética de la sinceridad,
que siempre encierra la propia ignorancia del no saber lo que no se sabe,
con los límites corridos, mojón a mojón, por la sorpresa.
Enredate en mis piernas,
desangrate, fluí, desparece como arena
y pasá a la dimensión de al lado,
por el portón que usa mi perno como gozne,
para abrir tu nueva realidad.
Recorré ese mundo de orgasmos,
de ayes, de ronroneos de gata celosa,
y volvé sólida, repleta, absorta de no poder contener más de lo contenido,
y devolveme,
en una sola mirada absoluta, plena,
todo el semen
__mensajero de los dioses__
que te doy en cada arremetida.
Quiero resucitar la carne,
antes del juicio final,
en tu vientre.
Osvaldo C. Trossero
Junio 28 de 2010
Comentarios
Publicar un comentario
Deje su comentario, aun sin usuario habilitado o anónimo, podrá ser moderado por el administrador del blog, previo a su aparición.