Niños perdidos

Miro las escenas de la búsqueda de una niñita perdida. Ella vivía, como se dice en este país de los eufemismos: “en situación de calle”, por no decir en un abandono agobiante, sobreviviendo a duras penas, vulnerable a todo influjo, humor, caos, dádiva y suceso. En el medio de una monstruosa ciudad, reflejo de nuestra inevitable forma de expresar la más fría humanidad que nos brota por los poros, rodeados de monoblocks __ “viviendas sociales”__, autopistas, humeantes contenedores de basura y gomas en llamas, las personas reunidas en un rito tribal __que implica incendiar cosas, crear fumarolas, cortar el tránsito de otras personas para obtener atención inmediata de parte de “las autoridades” y de “los medios”__, reclaman la aparición de un ser que se fue __ con la aparente aprobación de su madre __, con otro ser, que ahora es requerido como secuestrador y, con fundado temor, sospechado de ser un posible violador y asesino. Quedo atónito, confundido. I...