Aceptación
Siento
un rumor en mi mente
incesante,
auténtico, presente
no
es de verdad o de mentira
no
representa la realidad, tampoco la fantasía
es
un rumor de palabras
de
ideas
de
miedos
de
añoranzas
de
mezclas
de
revotes,
neuronas
chispeando
cataclismo
de impulsos eléctricos
mensajes
químicos
ondas
magnéticas
interferencias
ambientales
malamente
nominadas
como
“inteligencia”
Siento
una esclusa cerrada a la altura del cuello
que
no abre ni se mueve
cuando
con fuerza intento
remover
su bloqueo
rodar
el molinete
que
mantiene ocluida
mi
cabeza hirviente
y
mi cuerpo escindido
como
si fuera un paquete
atado
con hilo sisal
embrollado
hasta
que apriete.
Necesito
expresar en chorros de palabras
bruscos,
enormes, erosivos
lo
que guarda mi mente
aunque
no valga nada
o
sean pepitas de oro
y
caigan en catarata
ahí
revueltos, guardados en esa calabaza
que
es mi cabeza
o
sean ideas sin norte
añejando
la nada
en
una enorme caverna
apenas
iluminada
El
ego me aconseja que planee una obra
que
emocione a otros
que
los deje sin sombra
con
la luz de mis letras
mis
palabras, mis gritos
de
mis muecas, mis mocos
mi
saber, mi infinito
y
de tanto tomar por mía
esa
tormenta de letras
en
la que en mente habito
se
hincha el ego como una bomba
que
intento detonar
y
en el trabajo de hacerlo,
con
el triunfo asegurado,
nace
otro ego,
pequeño
y
mucho más refinado
que
crecerá escondido
haciéndose
el disimulado
dejándome
creer que en la batalla
contra
el ego aguerrido
he
sido yo el que ha ganado.
Ábranse
las esclusas
las
tapas
las
compuertas
los
bloqueos
rómpanse
todas las tinajas
donde
guardo ideas
egos
en ciernes
pensamientos
inertes
sentimientos
en semillas sin brotar.
Fluya
el universo en mis venas
crezcan
mis vértebras
de
tanto espaciarse
para
conectar el cielo
con
la tierra.
Invádame
el aire
tanto
como el vacío
el
agua
las
emociones
los
miedos y las canciones.
Podré
expulsar al fin las flemas
inmensos
caramelos hechos apenas
…
de penas
que
saben dulce al principio
y
lentamente se van volviendo agrios
mientras
más guardados los tenga
en
el cajón y el armario.
Vengan
ángeles y duendes
abandonen
sus refugios
renuncien
ilusorios presidentes
brillos
falsamente refulgentes
de
dineros
de
espadas
de
armas en las sienes de otras gentes.
Vuelva
el río místico a su cauce
para
que pueda desintoxicarse
mi
alma
el
alma del mundo
el
alma de la galaxia
del
universo
que
es sólo un alma
de
infinitos habitantes
de
ningún dueño
donde
el que fluye manda
sólo
sobre su propio empeño.
Una
vela hinchada
soplada
por un hermoso viento
me
mueve en este lago
esta
atmósfera
este
pequeño retazo de cielo
que
hoy habito
burbuja
gigante
donde
encierro mi sueño
y
como puedo medito.
Siento
crecer con el sol del verano
lo
que habré de soltar en el otoño
siento
mis ramas cargadas
que
me pesan a veces
y
me duelen
aunque
las vea verdes
y
de frutos exultantes
enormes,
abundantes.
Me
decido a respetar el ciclo
que
las estaciones me traen
y
a saber
que
cada fuego es luz
y
también braza
quemazón
calidez
e incendio
todo
al mismo tiempo,
así
como la tierra
es
germinal y sepultura,
el
agua inundación y oleaje irrefrenable
sinónimo
de vida y de amor
y
el aire tormenta de arena,
briza
romántica, fresca caricia
y
helado invierno.
Está
bien así: lo acepto.
Osvaldo
C. Trossero
Enero
2014
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