Caprichos de ángeles


Me apretaron
Me pusieron un corsé desde chiquito
Con los años me di cuenta
Por  las marcas que tenía en la piel,
En los huesos.
Me decían cosas sin pensarlas
Para que yo no las pensara
No las recordara
Me borraron partes
Para que me perdiera mi angelical esencia.
Lo lograron
Y los ángeles se fueron
Y se olvidaron de mí
Al menos por unos años.

Un día vino una mensajera
Y dos y tres
Me dijo que yo era especial
Nunca quise creerle
Ni dar el brazo a torcer.
Yo sé igualmente
Que tengo alas
Pero no me gusta que me llamen ángel
Me  gusta mi humanidad
Me gusta el mundo visto desde ahí
Desde acá
Aunque sepa volar
Soy de barro
Y tengo alas
¿Y qué?


A veces
Con vos
Tomamos nuestra materia
La movemos con energía
La mezclamos con placer
La salamos con nuestro sudor
La regamos de líquidos
Que son materia de la materia
Que se desprende sin conciencia
De todos nuestros orificios
De nuestros poros.

Nos acariciamos acompasadamente
Nos apretamos partes
Besamos y mordemos todo
… aquello que pueda ser besado y mordido.
Eso me encanta
Me gusta mezclarme con vos
Y me gusta volar también
Yo sé volar
Y tengo alas
Y soy de barro
Y soy del viento
Y soy de sol
¿Y qué?

Si un ángel de esos que yo conozco
Acertara a pasar por ahí
Y posara su mirada en nuestros cuerpos
Si viera nuestras almas unidas
Retozando
Diría que las semillas darán fruto
A como dé lugar
Sin importar qué prevenciones tomemos
Y haríamos nacer un ángel
Hijo nuestro
Hijo de ángeles
Y yo no me olvidaría
Que soy humano
Que sé volar
Que tengo alas
Que soy de barro
Y de sangre
Y de semen
Y que soy viento
Y que soy sol
¿Y qué?


Vos también sos un ángel
Vos también me decís cosas
Me querés convencer
De que soy ángel
Pero me lo decís en silencio
Me lo decís con tus ojos
Y yo te oigo decirlo
Cuando te miro
Y vos lo sabés
Y sabés que me gusta
Que me lo digas
Con tus ojos verdes.
Pero, como yo,
Tampoco vos querés convencerte
De tu propia angelical existencia,
Pero se te escapa el control
Y me querés convencer a mí
Antes que a vos misma
Que no te lo crees
Aunque también tengas alas
Quizás porque sabés
Que sos de barro
Y de sangre
Y de fluidos corporales
Y sos de viento
Y de sol
¿Y qué?


Los dos sabemos que los ángeles
No tienen piedad,
No la tenemos.
Los dos lo sabemos.
A veces me visitan
Me dicen palabras profanas
A pesar de ser ángeles
Me quieren convencer
Forzarme a  entender
Los mando a la misma mierda
Si a ellos no les importa
Su angelical existencia
A mí no me importa
Aunque me digan
Que soy uno de ellos
No me van a convencer
Aunque me crezcan alas
Cada vez más grandes
Aunque vuele
Aunque ya lo sepa
Son cosas mías
Me hartan a veces
Por eso los mando
A la mismísima mierda
Y ellos así de impiadosos que son
Lo entienden por un rato.
Luego vuelven
Y otra vez empieza la danza.

Un día me voy a cansar
Y me voy a ir con ellos
Hecho un ángel
A la mierda
¿Y qué?
¿Y vos?


Osvaldo Trossero
Agosto de 2013


  

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