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Mostrando entradas de abril, 2013

Pequeño manifiesto sobre la poesía

¡¡¿Para qué tanto hablar de la poesía?!! Dicen que el arte nació hace miles de años para movilizar las partes dormidas del hombre, para integrarnos, para crecer, sostienen. Con los años, buena parte de él,  se transformó en “más de lo mismo”: pura expresión del ego, cáscara, sin sentido aun si se tratase de manifestar el sin-sentido que a veces parece la vida, una pura apariencia, minimalista o grandilocuente fuera. Nos fuimos olvidando, poco a poco,  que todos somos artistas, de una forma o de otra. En la antigüedad, cuando los humanos éramos pocos en esta madre tierra, los roles no eran excluyentes: “artistas-espectadores”, no eran contradicción, mutaban, la fama no era ni siquiera un cuento. Las ceremonias y los rituales eran en verdad para todos…y todos cosechaban su fruto vital.  Así nuestros ancestros conocían sus sombras, sus durezas, sus debilidades… El carnaval es prueba de eso, pero ahora es un show…show show show bailando por un sueño, soñando...

No digo demasiado

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Un pequeño programa de radio, hecho de poesía, música y algunas charlas... Invocación para “No digo demasiado” Yo quiero que este programa esté hecho del canto de los grillos, de la música que las ranas cantan cuando nace la noche en mi barrio. Que su materia sea el quejido remolón de una amante, el llanto de un viejo, la risa de un chico jugando en el patio, que se mueva como el  vaivén del remar lento de un pescador en su canoa, que su esencia traiga la sombra más oscura de mi alma, y la luz más radiante del Universo; …poca cosa quiero. Igual, me conformo con que llegue a ser un susurro de la noche, como el Paraná que corre entre los juncos. Locamente sueño que para alguien sirva como sirvió el “mañana”,  escrito en la esquela de “Los árboles mueren de pie”. Quiero que éste programa junte, como juntan 3 huevos en la masa de la torta, Quiero que leude como leuda la masa del pan, Quiero que calme como el aloe en la cara quemada del ver...

Campanas Resonantes

Somos campanas resonantes, nos tañen los amores, las ideas, los golpes, los otros, la historia, la sangre... OCT 2013

Una gota ácida a veces ayuda a la digestión...otras, te cagan el estómago

Quizás sea la catástrofe hídrica o la cantidad de víctimas mortales, no se sabe bien, pero entre tanto malo es bueno comprobar que oficialismo y oposición, luego de años de desencuentros, están logrando sus primeras coincidencias, al menos a  nivel municipal…los mandamases de las ciudades inundadas coinciden en que viajan a Brasil para semana santa. ¡Qué coordinación! No sólo eso, algunos de los ministros de diverso pelaje andaban mansamente por Europa. Además a ambos bandos se los ha visto tratar de justificar lo injustificable, de vender humo para comprar atención y de dar vergüenza ajena en muchas apariciones públicas ¿Será esta la piedra fundacional de acuerdos a largo plazo?  Me encantaría ver una dirigencia política CON vergüenza propia! La vergüenza es un gran indicador interno que señala que quien la siente sabe que en algo, al menos en algo, se está equivocando... Todos somos potenciales sujetos de esa sana sensación, sino seríamos infalibles, ¿no?

Intervención Presidente Mujica en Río+20

Quiero recordar sus palabras para no olvidar qué es lo importante de esta vida.

Junco y Camalote

Cuando la corriente es fuerte el junco y otras plantas del agua se hacen fuertes en red, unidos al fondo. El camalote navega suelto, y a veces se acumula si es que la corriente lo junta con otro como él; El junco se planta, se enreda. El camalote se hace isla y fluye; el junco es de un lugar. A veces se unen sus naturalezas y entonces se endica el arroyo, ya nadie pasa. Isla flotante y lazos al suelo son tan potentes juntos que a la larga desvían al propio río, nace una isla, y cambia el paisaje. El río es como Dios, ese que dicen que todo lo puede, un día desborda y todo lo cubre: tapa las islas borra las redes lleva al mar todo lo que flota y la sal mata lo que reste; al otro día remite y nace lo nuevo: junco y camalote, el fluir, las redes. Yo no sé si ser camalote o junco, ¿podré elegir? mejor soy todo, parte del paisaje, y acepto mi fluir en este río, aunque, a veces, me ande endicando por ahí. Osvaldo C. Trossero Abril de 2013