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Mostrando entradas de octubre, 2012

El sol parece lluvia (Rally Barrionuevo)

Un poquito de paz y color

¡Oh sorpresa!

Me sorprendí envidiando. Intenté un remedio, un antídoto. Comencé a pensar en cuánto yo mismo sería envidiado. Ese no fue un contraveneno eficiente, sólo logré sumar dosis del mismo veneno modificado. Yo buscaba que mis actos causaran envidia: ¡qué envidiable! Me dejé atravesar por los venenos, hasta me puse verde, intenso, loro, de envidia. Grazné mi envidia a la siesta, como las cotorras verdes de mi vecino y cómo ellas cesé en mis graznidos internos sólo cuando, como si la misma manta de los loros cubriese mi jaula, se me apagó la luz del pensamiento. ¿Habrá sido la sobredosis de envidia? No lo sé. Su efecto fue como la ruptura de esos enormes témpanos de los mares del sur; tanta concentración estalló al medio y dejó lugar a un océano prístino y en calma, pacífico. Pude ver mi envidia oscilando en dos mitades: una proyectada por mis actos, que su cosecha obtenía de otros, y la otra, la que segaba con mis propios sentidos al ver los actos envidiables de los demás. Me vi ser ese...

Mi asunto con las letras

Mi asunto con las letras no es claro. Mi letra no es clara. Yo no soy claro. Claro. Osvaldo C. Trossero 8 de octubre de 2012 (un día poco claro)